TEORÍA
Primero
seccionamos una cebolla, en varias capas con la
ayuda de un bisturí, sobre un papel de filtro para no manchar la
superficie sobre la que trabajamos. Obtenemos una muestra de células
procedentes de la cara interna de la epidermis de la cebolla. Cuanto más
fina y pequeña sea la muestra mejor resultado obtendremos dado que
evitaremos posibles pliegues entre sus células. Depositamos la muestra
sobre el porta. Como la mayoría de las células, son invisibles, por lo
que procedemos a realizar la tinción con un colorante llamado azul de
Metileno (Cloruro de Metilionina). Vertemos un par de gotas sobre la
muestra. Esperamos entre 3 y 5 minutos hasta que el colorante cumpla su
función y después retiraremos el sobrante aclarando delicadamente con un
leve hilo de agua, que no deberá caer directamente sobre las células
sino en la parte superior del porta, evitando así la perdida de la
muestra. Colocamos el cubre y secamos con papel, teniendo la precaución
de no destruir las células. Depositamos nuestra muestra en la pletina
sujetándola con la pinza. Empezaremos con el objetivo de menor aumento e
iremos aumentando progresivamente. Realizamos el enfoque de la imagen
de la muestra hasta conseguir una imagen lo más nítida posible.
PRÁCTICA
1.- Con ayuda de las pinzas levantamos epidermis de cebolla de su cara interna.
2.- Con las tijeras cortamos un trozo del tamaño de una uña.
3.- Este trozo se coloca sobre un porta y se le añaden unas gotas de azul de Metileno para que pueda ser visible al microscopio.
4.- Se coge el porta con unas pinzas de madera y se pasa por encima de un mechero de alcohol para que se evapore el liquido azul.
5.- Una vez se haya evaporado el liquido se le pone una gota de agua sobre la muestra y se tapa con el cubre.
6.- Finalmente se pone en el microscopio y se observan las células vegetales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario